Hermanos y hermanas, cuando decimos que Jesús es nuestro Señor estamos diciendo que, como él, también nosotros queremos abrirnos a las necesidades de los demás, que le reconocemos en el pobre y marginado. Oremos.

Que nos mueva la Misericordia

• Que el único poder de la Iglesia sea el servicio sin descanso a los pobres de este mundo, suscitar con su ejemplo una sociedad más solidaria, libre y justa.

Que nos mueva la Misericordia

• Que todos los creyentes hagamos una opción personal en favor de la vida de los pobres; que nuestra primera preocupación y ocupación sean ellos y ellas que carecen de todo para poder vivir dignamente.

Que nos mueva la Misericordia

• Que todos nosotros y nosotras vivamos con entrañas de misericordia; atentos en todo momento y circunstancia al que tenemos a nuestro lado, siendo acogida y palabra; esperanza y consuelo; caricia y descanso.

Que nos mueva la Misericordia

• Que no actuemos como jueces, sin entrañas, con quienes son diferentes, con quienes nos interpelan en nuestras zonas de confort, con quienes nos recuerdan que lo que tenemos no es de derecho.

Que nos mueva la Misericordia

• Que seamos fermento de otro mundo posible, constructores del Reino, sembradores de utopías, semillas de paz y bondad, invitación permanente a trascender.

Que nos mueva la Misericordia

Padre Madre buena, que en nuestra vida nos mueva la misericordia, que nuestra mirada siempre restaure, perdone, aliente, que nos demos en lo pequeño, en lo sin brillo, en lo de cada día.

Vicky Irigaray