Ojalá cada uno de nosotros, en nuestro día a día, y los llamados a liderar nuestra Iglesia, nuestras instituciones, o nuestro mundo, entendamos que la libertad de espíritu debe ser la máxima por encima de los intereses individuales como único camino para generar vida y en abundancia. Si alguien puede ser un modelo claro en este aspecto es Jesús de Nazaret, que vivió con una libertad de espíritu que lo llevó a una vida de compromiso sin olvidarse ni un momento, del fin para el que había sido enviado.¡¡No te pierdas éste video impresionante!!