Acabo de leer y me impresinó la vocación del nuevo papa por mejorar las relaciones con otros credos.

El nuevo papa podría convertirse en el sumo pontífice más comprometido con el diálogo interreligioso que se recuerde en tiempos recientes.

En su primer sermón como Papa en la Plaza de San Pedro, Francisco agradeció la presencia de los dignatarios de la Iglesia Católica Romana, de los representantes de la comunidad judía y de otros grupos religiosos, y de los jefes de Estado y de gobierno, en ese orden.

Entre las 150.000 personas que se congregaron en la plaza para la asunción de Francisco se contaban grupos de la iglesia cristiana ortodoxa -—incluyendo a su líder Bartolomé I, el primer patriarca de esa iglesia que asiste a una asunción papal en casi 1.000 años--, así como muchos rabinos, imanes y pastores evangélicos.

En su libro "Sobre el cielo y la tierra", que publicó en 2010 junto con el rabino argentino Abraham Skorka, Bergoglio recuerda con orgullo sus iniciativas para construir puentes con otros líderes religiosos durante sus años como Arzobispo de Buenos Aires.

Además de ser huésped frecuente en las sinagogas judías y de invitar a rabinos a las misas católicas, de conducir un programa con Skorka en un canal de la iglesia y de participar en ceremonias en memoria de las víctimas del holocausto, Bergoglio cambió el protocolo en las ceremonias oficiales de Te Deum, con el objeto de reconocer la presencia de líderes de otras religiones.

Bergoglio también fue un invitado frecuente de las misas cristianas evangélicas, y de las ceremonias religiosas islámicas.

Explicando las razones de su vocación por mejorar los lazos con otras religiones, Bergoglio explica que él cree en el dialogo, y que el diálogo implica "que el otro tiene algo bueno para decir".

En otra parte del libro, Bergoglio explica que la globalización no debe ser como una bola de billar, con una superficie uniforme, sino que debe tener "la figura de un poliedro, donde todos se integran, pero cada cual mantiene su peculiaridad que, a su vez, va enriqueciendo a las otras".

Andrés Oppenheimer

EL PAIS