Ante Shinzo Abe, Francisco pidió “enfrentar la creciente brecha entre ricos y pobres”
El Papa, ante las autoridades japonesas
El pontífice reconoció los avances del gobierno local en materia ambiental pero planteó su reclamo de una ecología integral que mire también al ser humano y le pidió a Tokio más esfuerzo para proteger a los jóvenes, “abrumados al enfrentar las dificultades del crecimiento”
Reiteró que "nunca más, en la historia de la humanidad, vuelva a ocurrir la destrucción generada por las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki"
En el tercer y penúltimo día de su visita a Japón, finalmente el papa Francisco tuvo la oportunidad de dirigirse a las autoridades y al cuerpo diplomático. Lo hizo con un discurso profundo que, sin las convocatorias globales por el desarme nuclear que había hecho ayer en Hiroshima y Nagasaki, tuvo igualmente varios ejes que muestran, reafirman, las preocupaciones del pontífice, no solo por su repercusión local, sino por su matriz netamente global.
Uno de esos temas, sin dudas, es el cuidado de la casa común, para el que pidió “un enfoque integral” que “también debe considerar la ecología humana”, dijo el Papa tras escuchar al primer ministro, Shinzo Abe, quien por su parte se comprometió a luchar por abolir las armas nucleares en el mundo.
“Un compromiso con la protección significa enfrentar la creciente brecha entre ricos y pobres, en un sistema económico global que permite a unos pocos privilegiados vivir en la opulencia mientras la mayoría de la población mundial vive en la pobreza”, propuso.
Corresponsabilidad entre las naciones
“Conozco la preocupación por la promoción de diversos programas que el gobierno japonés realiza en este sentido y los estímulo a continuar en la formación de una creciente conciencia de corresponsabilidad entre las naciones”, lanzó, reconociendo los logros de Tokio.
Esta mañana, en esa línea, el Japan Times había destacado en su portada uno de los ejes del discurso del pontífice que habían sido adelantados en exclusiva por Religión Digital: el gasto en armamento nuclear que podría destinarse a otros fines. “El papa Francisco dice en su discurso en Nagasaki que el dinero usado para armas nucleares es mejor gastarlo en erradicar la pobreza”, tituló el periódico.
“La dignidad humana debe estar en el centro de toda actividad social, económica y política; se necesita fomentar la solidaridad intergeneracional y, en todos los niveles de la vida comunitaria, se debe mostrar preocupación por aquellos que son olvidados y excluidos”, pidió.
Y retomando su intervención de esta mañana, lanzó: “Pienso particularmente en los jóvenes, que a menudo se sienten abrumados al enfrentar las dificultades del crecimiento, y también en los ancianos y las personas solas que sufren aislamiento”.
“Sabemos que, al final, la civilización de cada nación o pueblo no se mide por su poder económico sino por la atención que dedica a los necesitados, así como en la capacidad de volverse fecundos y promotores de vida”, planteó.
Recordó además las bellezas naturales del país, y la admiración que existe por “la imagen de los cerezos en flor”.
“Sin embargo, la delicadeza de la flor de cerezo nos recuerda la fragilidad de nuestra casa común, sometida no sólo a desastres naturales sino también a la codicia, la explotación y la devastación por manos del hombre”, advirtió.
Decisiones valientes
“Cuando la comunidad internacional ve difícil cumplir sus compromisos de proteger la creación, son los jóvenes quienes, cada vez más, hablan y exigen decisiones valientes. Nos desafían para percibir el mundo no como una posesión para ser explotada, sino un precioso legado para transmitir. Por nuestra parte, "a ellos debemos responder con la verdad, no con palabras vacías; hechos, no ilusiones”, describió.
También repasó sus intervenciones de ayer, por el desarme atómico rápido y urgente a nivel global. “Siguiendo los pasos de mis predecesores, también quiero implorar a Dios e invitar a todas las personas de buena voluntad a seguir impulsando y promoviendo todas las mediaciones necesarias de disuasión para que nunca más, en la historia de la humanidad, vuelva a ocurrir la destrucción generada por las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki”, planteó.
“La historia nos enseña que los conflictos entre los pueblos y naciones, incluso los más graves, pueden encontrar soluciones válidas sólo a través del diálogo, única arma digna del ser humano y capaz de garantizar una paz duradera”, aseveró. Esta mañana, el diario Asahi había elegido esos dos ejes para titular: “Papa: El uso y posesión de armas atómicas es un crimen inmoral”.
“Estoy convencido de la necesidad de abordar la cuestión nuclear en el plano multilateral, promoviendo un proceso político e institucional capaz de crear un consenso y una acción internacional más amplia”, finalizó.
25.11.2019 | por Hernán Reyes Alcaide, Religión Digital, enviado especial a Japón