El hecho llama la atención por lo anacrónico y por su alejamiento de la realidad: el obispo de Innsbruck (Austria) Manfred Scheuer, ha excomulgado a la señora Martha Heizer, presidenta del Movimiento internacional "Somos Iglesia", y a su esposo Gert, por celebrar la Eucaristía sin presbítero en la residencia de la pareja.

La celebración de la Eucaristía en casas particulares se remonta a las primeras comunidades cristianas, tal como aparece en las cartas del apóstol Pablo y en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Esas celebraciones comunitarias constituían las "iglesias domésticas", como la expresión más sencilla y espontánea de la fraternidad cristiana.

Las primitivas celebraciones domésticas, presididas con frecuencia por la madre de familia según la costumbre romana, fueron cediendo terreno ante el empuje del clericalismo y del juridicismo romano hasta asfixiar todas las iniciativas comunitarias. La paralización llegó a ser tan absoluta que el papa Pío X escribía en 1906: "La Iglesia es una sociedad desigual que incluye a dos categorías de personas: los pastores y el rebaño. (...) Por lo que se refiere a la multitud, no tienen otro derecho sino el de dejarse guiar y, como rebaño fiel, seguir a sus pastores".

A pesar de los avances del Concilio Vaticano II, los dirigentes eclesiásticos mantienen su inercia remolona ante los procesos históricos. En cambio, la progresiva adultez de la sociedad civil nos ha ido también ayudando hacia la adultez cristiana. Las Comunidades Cristianas Populares aspiramos a ser personas adultas en la fe que tomamos nuestras propias decisiones y asumimos nuestras responsabilidades también en el interior de nuestra propia Iglesia. Así lo viene entendiendo el matrimonio Heizer que celebra la eucaristía en su comunidad doméstica sin que se sea necesaria la presencia legitimadora de un presbítero con respaldo jerárquico.

El hecho de esta excomunión pública resulta más insólito porque de sobra conocen los jerarcas eclesiásticos que hay muchos grupos cristianos en muy diversos países donde se celebra la eucaristía sin presencia de presbíteros o por falta de presbíteros en determinados territorios o porque no se considera imprescindible la presencia de esas personas. En todo caso, desconocemos si esta condena pública es solo iniciativa de un obispo, si es que pretende servir de ejemplaridad o es presión hacia las instancias vaticanas para que tomen postura pública.

Las personas pertenecientes a las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía nos solidarizamos con el matrimonio Heizer y su comunidad, con el movimiento "Somos Iglesia" y tantas otras comunidades que entenden como nosotros que es "toda la comunidad" quien celebra y preside la celebración del recuerdo de Jesús; que es la comunidad el espacio donde Jesús se hace presente, y la diversidad y el reparto de carismas nuestra mejor riqueza. Nos gustaría en este ámbito, seguir acogiendo los nuevos gestos de Francisco, también dentro de la Iglesia como signo de un nuevo tiempo que empieza a acontecer.

Pensamos que los derechos no se conceden sino que se ejercitan, se conquistan y se defienden, tanto en la sociedad civil como en la propia comunidad cristiana. Por esta razón deseamos seguir dando pasos en la autonomía personal y comunitaria, profundizando en el verdadero compromiso que nos dejó como tarea Jesús de Nazaret: la solidaridad interpersonal y la aspiración comprometida para construir una sociedad menos injusta, menos insolidaria y mucho más fraterna.

Comunidades Cristianas Populares de Andalucía

2 de Junio de 2014.

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