El papa Francisco acaba de nombrar Secretario de Estado al que fuera hasta ahora Nuncio en Venezuela, Pietro Parolin, prestigioso diplomático con alma de pastor.
Comienza la reforma de la cúpula de la Curia. Bertone (79 Años) se va, aunque la Secretaría de Estado pierde poder. Parolín se encargaría fundamentalmente de la diplomacia vaticana, mientras ad intra gobernaría el 'moderator Curiae', cuyo nombramiento no se hará esperar. Aunque el nombramiento se hizo oficial el sábado 31 de agosto, Parolin no tomará posesión de su cargo hasta octubre y aún está por definir cuál será exactamente su papel, ya que podrían cambiar sus poderes debido a la reforma de la Curia que está acometiendo Francisco.
Parolin, de 58 años, es un hombre forjado en la diplomacia vaticana y con experiencia en la Curia, ya que desde 2002 a 2009 fue subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado.
Nació en la localidad de Schiavon, en la región del Veneto, en el norte de Italia, en 1955, y fue ordenado sacerdote en 1980. Es licenciado en Derecho Canónico, habla italiano, francés, inglés y castellano, y también ha prestado servicio en las nunciaturas de Nigeria y México y desde 2009 era nuncio en Venezuela
Parolin es considerado como un trabajador discreto, representante de la gran y antigua tradición diplomática del Vaticano.
Su tesis de licenciatura la dedicó al Sínodo de los Obispos, institución creada por el Concilio Vaticano II para asesorar a los Papas sobre los temas más cruciales del mundo actual. Como nuncio en Nigeria abordó la relación de los cristianos con los musulmanes y en México, país que carecía de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, la colaboración entre agnósticos y anticlericales con los católicos.
El nuevo cargo de coordinador de la Curia romana recaería en un eclesiástico respetado que, sin contar con responsabilidades particulares en ningún área del gobierno de la Iglesia, se encargaría de mejorar la comunicación interna entre los distintos 'ministerios' vaticanos para evitar duplicidades y aunar esfuerzos. Se especula incluso con la convocatoria de una reunión semanal de los presidentes y prefectos de los dicasterios vaticanos con Francisco, un encuentro similar a los consejos de ministros de cualquier Gobierno.
Con la reforma en ciernes, la comunicación con el obispo de Roma deberá ser mucho más directa y accesible, de manera que la información le llegue a Francisco sin filtros. Algunos cardenales y obispos, tanto de la Curia como de fuera de ella, se quejaban a menudo de que con Bertone había que pasar por él casi de forma irremediable para tener acceso a Benedicto XVI.
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Religión Digital/José M. Vidal/Agencias