Jesús nos explica que la cizaña (el mal) está presente en el mundo, y que Dios no “siembra” el mal. Dios tiene paciencia; no se precipita, da su tiempo a cada cosa, y al final tiene la última palabra.
Jesús nos explica que la cizaña (el mal) está presente en el mundo, y que Dios no “siembra” el mal. Dios tiene paciencia; no se precipita, da su tiempo a cada cosa, y al final tiene la última palabra.