Había cierto enfermo, Lázaro, que era de Betania, de la aldea de María y de Marta su hermana.
Yo mismo abriré vuestros sepulcros y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel.
Hermanos: los que están en la carne no pueden agradar a Dios.