Muchas veces culpamos a Dios o le pedimos que nos libre de las desgracias naturales que nosotros los humanos hemos causado. ¡NOS HEMOS CAUSADO!
Parece como si los humanos nos afanamos en especializarnos en el mejor método de destruirnos.
Pienso que las guerras desde el principio de la humanidad, las Mundiales y las parciales, las bombas, los cohetes de exploración, las pruebas nucleares, las de "nuestro amigo" en Korea del Norte, todo esto sumado son causas directas de nuestros desastres naturales. Una prueba fue el seísmo que posiblemente causó hace poco una de las pruebas de Korea del Norte.
¡La naturaleza se revuelve, siente y se resiente...!
Teilhard de Chardin decía, ¡La materia tiene alma y siente!
¡Ella nos da lo mejor para la vida, nosotros le devolvemos lo peor de nosotros! Le enviamos gases, ruidos, balas y odios...
Sí, los odios suben en forma de gases malos, gases negativos, que se reparten por la misma atmósfera común, ¡esa que respiramos todos...! y nos llegan...en forma de enfermedades y/o desastres naturales.
¿Qué decimos de los derramamientos de aceite en el mar que han matado, cantidad de peces y de flora natural? ¿Qué opinamos sobre los desechos químicos de miles de fábricas, los camiones, los autos de diesel y otros que lanzan al oxígeno gases de todos los colores... gases negativos para el ambiente, para todos los habitantes del planeta y dañinos para el planeta mismo?
No culpemos a Dios por nuestras propias culpas... ¡Porque somos los humanos los causantes de tanto dolor!
¡Que nuestra oración sea por nosotros! ¡Por cada uno de nosotros! ¡Para que salvemos nuestra casa común!