LOS BIENES TERRENALES SON DE TODOS
Written by Vicente Martínez“Para un budista, aferrarse a cualquier doctrina, incluso a una budista, es traicionar a Buda” (Thich Nhat Hanh)
13 de diciembre, domingo III de Adviento
Lc 3, 10-18.
El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; otro tanto el que tenga comida
Juan Bautista se adelanta al que tiene más autoridad que él y, “dirigiéndose a todos”, les conmina a que repartan y compartan con ellos cuanto tienen. Tarea relativamente fácil cuando se asimila desde “un camino allanado”, desde una disposición interior que conlleva una transformación profunda de corazón y mente. La alegría nace de la conversión y de la solidaridad, nos dicen los textos litúrgicos de este domingo calificado de “Gaudete”.
Los bienes terrenales son de todos porque, como viene a decir el escritor inglés Arthur Young (1740-1820), en cada uno de ellos estamos todos presentes:
“Dios duerme en los minerales, despierta en las plantas, camina en los animales y piensa en el ser humano”.
Leonardo Boff lo ha repetido hoy para nosotros, incluyendo en el “todos” a la naturaleza entera, como hace Young:
“Cuando hablo de la espiritualidad pienso en un nuevo sentido de ser, en un nuevo sueño colectivo, entretejido de valores infinitos como la cooperación, la solidaridad, el respeto a cada ser, el cuidado de toda la vida, la armonía con la naturaleza, el amor a la Madre Tierra y la pluralidad de expresiones de lo Sagrado”.
Un mal reparto de estos bienes -a favor de los pudientes y en contra de los pobres- lo hubo siempre. Leo Hubermann (1903-1968) lo puso de manifiesto en estos versos:
La semilla que vosotros sembráis, otros la cosechan;
la riqueza que encontráis, otros la guardan;
las telas que vosotros tejéis, otros las llevan;
y las armas que vosotros forjáis, otros las usan”
Y el Papa Francisco dijo en su discurso ante el Congreso de los EE UU en Washintong, (pasado 24 de septiembre):
”La sociedad política perdura si se plantea, como vocación, satisfacer las necesidades comunes favoreciendo el crecimiento de todos sus miembros, especialmente de los que están en situación de mayor vulnerabilidad o riesgo.
Aplaudieron con gran entusiasmo todos, pero quizás la aprobación de sus palabras murió con el aplauso. Estar enamorados de los propios bienes -que son como la novia y no hay reparto- es mantenerse prisionero y lejos de lo que predicó el Bautista, Jesús, Leonardo Boff, el Dalai Lama Thay y el Papa. El Maestro vietnamita lo deja claro en este texto: “Para un budista, aferrarse a cualquier doctrina, incluso a una budista, es traicionar a Buda”.
Javier Melloni nos recuerda en una preciosa súplica que podamos reconocer a Dios en todo y siempre.
ORACIÓN
¡Oh Profundidad infinita que asomas por doquier!,
danos la obertura de la mente y del corazón
para que podamos reconocerte en todo.
Que cada instante sea el camino
por el que volvamos a ti
del mismo modo que tu vienes a nosotros
en cada situación.
Que todo momento
Sea la oportunidad y la celebración
de este encuentro
que se hace transparente a tu Presencia.
Vicente Martínez