EL CAMINO DE TAIZÉ: LA COMUNIDAD ECUMÉNICA DEL HERMANO ROGER
Josep Miquel BaussetMañana 12 de mayo se cumplen 100 años del nacimiento de Louis Schutz, conocido más tarde como el Hermano Roger de Taizé, fundador de esta comunidad ecuménica.
Hijo de un pastor protestante, Louis Schutz nació en el pueblo suizo de Provence. Entre 1937 y 1940 estudió Teología protestante en la Universidad de Lausana. Pero lo que marcó su vida fue instalarse en Taizé y la formación de la comunidad ecuménica. Desde hacía tiempo, Louis tenía el proyecto de fundar una fraternidad donde se viviese la reconciliación entre los cristianos, y "donde la bondad del corazón fuese vivida concretamente", para así hacer que "el amor estuviese en el corazón de todo".
El 20 de agosto de 1940, en plena guerra mundial, y después de la derrota del ejército francés y la ocupación de una parte de Francia por el ejército alemán, Louis Schutz se estableció en la pequeña aldea de Taizé, en la Borgoña, para ayudar a las víctimas de la guerra. Cabe recordar que Taizé estaba muy cerca de la línea que dividía la Francia de Vichy, de la Françia ocupada por Hitler.
El 1942 Louis Schutz tuvo que volver a Suiza por miedo de la Gestapo, ya que había escondido en su casa a diversos opositores, sobre todo judíos, que huían de la barbarie nazi. Fue el 1944 cuando Louis volvió a Taizé con tres compañeros más, para iniciar una comunidad ecuménica que acogiese a cristianos de diferentes confesiones, desde católicos a ortodoxos, pasando por luteranos o calvinistas. El día de Pascua de 1949, el H. Roger y sus primeros compañeros se comprometieron a una vida en común, en el celibato y en la sencillez. Durante el invierno 1952-1953, el H. Roger escribió la Regla de Taizé, que expone "aquello que es esencial para vivir en común".
A partir de los años 50, el H. Roger envió a algunos hermanos de la comunidad a compartir la vida en lugares especialmente castigados por la miseria y así hacerse presentes en medio del sufrimiento de la gente. Por eso existen pequeñas comunidades en los barrios más pobres de Asia, África y América del Sur y del Norte, donde los hermanos de Taizé comparten las condiciones de vida de aquellos con los cuales conviven, convirtiéndose en signos del amor de Dios al lado de los más pobres: los presos, los niños que viven en la calle, los moribundos y todos aquellos que tienen el corazón lleno de heridas.
A partir de finales de los años 50, los jóvenes que peregrinaban a Taizé fueron aumentando y en la actualidad son miles y miles los chicos y chicas que se acercan a esta comunidad para compartir unos días con los hermanos. De hecho, todas las semanas del año Taizé acoge a los jóvenes en unos encuentros fraternos, donde los peregrinos, mayoritariamente jóvenes, pasan unos días compartiendo la oración, profundizando la fe o buscando el sentido a sus vidas. Por eso hoy, la comunidad de Taizé, formada por un centenar de hermanos, se ha convertido en un signo concreto de la reconciliación entre los cristianos, divididos aún, y entre pueblos enfrentados. En el libro del H. Roger, "Dios solo puede amar", el fundador de Taizé describe su camino ecuménico, basado en el amor y en el perdón.
Taizé, como comunidad ecuménica, ha acogido, entre los miles de peregrinos que van allí cada año, al papa Juan Pablo II, a arzobispos católicos y anglicanos, a metropolitas ortodoxos y a pastores luteranos.
Taizé transmite a los jóvenes el mensaje de la paz y de la reconciliación por medio de las llamadas "Peregrinaciones de la confianza a través de la tierra", que son los encuentros europeos que tienen lugar a finales de año en un país de Europa durante 5 días y que este año se celebrará en Valencia del 28 de diciembre al 1 de enero.
Taizé y el H. Roger nos hablan de fraternidad y de comunión, de paz y de reconciliación. Taizé ha sido desde sus orígenes una primavera de la Iglesia, tal y como deseaba el H. Roger, cuando decía: "Cuando la Iglesia escucha, cura, se reconcilia, ella llega a ser lo que es, en aquello más luminoso: reflejo del amor".
El H. Roger, que murió asesinado el 16 de agosto de 2005, recibió, entre otros, los premios Carlomagno, Unesco de la educación por la Paz o el Robert Schuman. Entre los libros del H. Roger cabe destacar los siguientes: Dinámica del provisional (1965), La violencia de los pacíficos (1968), Que la tu fiesta no se acabe (1971), Lucha y contemplación (1972), Las fuentes de Taizé (1980), Florecerán tus desiertos (1982), Pasión de una espera (1985) o Su amor es un fuego (1988).
Que el recuerdo del H. Roger nos estimule a trabajar por la paz y la reconciliación en el seno de nuestras Iglesias y en el mundo.
Josep Miquel Bausset
Religión digital