La fiesta de la Ascensión proclama que Jesús es el Hijo, el Predilecto, el hombre al cual Dios ha exaltado y lo ha sentado como Hijo, a su derecha. Jesús exaltado como Hijo del Padre encomienda a los discípulos su misión. Oremos.

Padre, que reconozcamos en Jesús a tu Hijo y nuestro Maestro.

· Dios bueno, que todos los creyentes, expresándonos en formas tan distintas, perteneciendo a diferentes culturas, utilizando símbolos o conceptos, estemos unidos en una sola fe, en ti, un solo Dios, Padre revelado por Jesús.

Padre, que reconozcamos en Jesús a tu Hijo y nuestro Maestro.

· Dios bueno, que todos nosotros, hijos tuyos, nos comprometamos con la misma misión: hacer posible el Reino del Padre en toda la humanidad.

Padre, que reconozcamos en Jesús a tu Hijo y nuestro Maestro.

· Dios bueno, que busquemos curar y paliar el sufrimiento de tantos hombres y mujeres que viven en la dificultad y la desesperanza.

Padre, que reconozcamos en Jesús a tu Hijo y nuestro Maestro.

· Dios bueno, que nuestros gobernantes se esfuercen y trabajen por ofrecer a todos los más desfavorecidos una oportunidad de vida más justa y digna.

Padre, que reconozcamos en Jesús a tu Hijo y nuestro Maestro.

· Por todos los enfermos, por los que van a morir, que encuentren una mano y un corazón que les trasmita la certeza de tu Presencia que acoge y perdona.

Padre, que reconozcamos en Jesús a tu Hijo y nuestro Maestro.

Dios bueno, tú sabes que queremos confesarte y vivirte como lo más importante de nuestra vida. Muéstranos cada día los caminos que nos llevan a ti y desde ti a todos nuestros hermanos.

Vicky Irigaray