EL PAPA FRANCISCO Y MONGOLIA. UN AÑO MÁS TARDE
Leandro SequeirosVivimos en un mundo en el que es tan enorme el volumen de información que cada día invade nuestra mente, que – con frecuencia – desterramos a zonas oscuras del olvido muchas de las imágenes de la realidad que nos llegan. Como “ya no es noticia”, el viaje apostólico del Papa Francisco a los cristianos de Mongolia en los primeros días de septiembre de 2023 se ha disuelto en el magma de la memoria.
Del 31 de agosto al 4 de septiembre, el Papa Francisco visitó Mongolia como destino de su 43º viaje apostólico al extranjero. Esta nación de Asia central, que solo cuenta con unos 1.500 católicos, acogió con gran expectación al Papa Francisco en esta visita marcada por el trasfondo geopolítico y el significado histórico. Aunque el espinoso tema de las relaciones con la poderosa China no se tocó públicamente, este viaje podría colaborar al reencuentro con el gigante tecnológico.
Desde el inicio, se tuvo muy claro que se trataba de una visita apostólica a los escasos católicos de Mongolia. El lema del viaje, Hoping Together (Esperando juntos), fue elegido para resaltar los dos aspectos de la visita del Santo Padre a Mongolia, que es a la vez una visita pastoral y una visita de Estado.
“La esperanza es una virtud específicamente cristiana, pero comúnmente aceptada también en círculos no cristianos”, explica la descripción previa de la Oficina de Prensa. En consecuencia, la palabra "Juntos" subraya la importancia de la cooperación bilateral entre la Santa Sede y Mongolia.
El lema representa así un ideal compartido y un aspecto distintivo de este Viaje Apostólico. La presencia del Santo Padre representa para esta pequeña porción del Pueblo de Dios un signo de inmensa esperanza y aliento. Al mismo tiempo, la Iglesia en Mongolia, por su tamaño e influencia relativamente pequeños, puede ofrecer un signo de esperanza para la Iglesia universal.
La emotiva referencia a Pierre Teilhard de Chardin
En el verano del año 1923, hace cien años, el jesuita científico interdisciplinar, Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) estaba en Mongolia. Junto con otro jesuita, Émile Licent, participaban en una expedición científica, en el Desierto de Ordos, de tipo geológico. arqueológico y paleontológico.
Parece ser que el día 6 de agosto, día de la Transfiguración del Señor, sin pan ni vino para celebrar la Eucaristía. Teilhard compuso “La Misa sobre el Mundo”, una plegaria cósmica y mística de la presencia diáfana de Dios en el Corazón de la Materia.
En la Eucarístía del domingo 3 en el polideportivo “Steppe Arena”, el papa Francisco sorprendió a todos los presentes con unas palabras al final de la celebración que conmovieron a los seguidores de Teilhard:
Este es el texto:
“La Misa es acción de gracias, "Eucaristía".
Celebrarla en esta tierra me ha hecho recordar la oración del padre jesuita Pierre Teilhard de Chardin, elevada a Dios hace exactamente cien años, en el desierto de Ordos, no muy lejos de aquí.
Dice así: «Me prosterno, Dios mío, ante tu Presencia en el Universo, que se ha hecho ardiente, y en los rasgos de todo lo que encuentre, y de todo lo que me suceda, y de todo lo que realice en el día de hoy, te deseo y te espero».
El padre Teilhard trabajaba en investigaciones geológicas.
Deseaba ardientemente celebrar la Santa Misa, pero no tenía consigo ni pan ni vino. Fue entonces cuando compuso su "Misa sobre el mundo", expresando su ofrenda de este modo: «Recibe, Señor, esta Hostia total que la Creación, atraída por Ti, te presenta en esta nueva aurora».
Y una oración similar había nacido ya en él durante la Primera guerra mundial, mientras estaba en el frente, ejerciendo como camillero.
Este sacerdote, a menudo incomprendido, había intuido que «la Eucaristía se celebra, en cierto sentido —en cierto sentido—, sobre el altar del mundo» y que es «el centro vital del universo, el foco desbordante de amor y de vida inagotable» (Carta enc. Laudato si’, 236), incluso en un tiempo de tensiones y de guerras como el nuestro.
Recemos hoy, por tanto, con las palabras del padre Teilhard: «Verbo resplandeciente, Potencia ardiente, Tú que amasas lo múltiple para infundirle tu vida, abate sobre nosotros, te lo ruego, tus manos poderosas, tus manos previsoras, tus manos omnipresentes».
¡Hermanos y hermanas de Mongolia, gracias por su testimonio, bayarlalaa! [¡gracias!].
Que Dios los bendiga. Están en mi corazón y permanecen en él. Acuérdense de mí, por favor, en sus oraciones y en sus pensamientos. Gracias”.
Estas sentidas palabras del Papa Francisco, en la misa final de su estancia (domingo 3 de septiembre 2023) quedarán impresas en el corazón y en la mente de muchos.
6 momentos clave de la visita del Papa a Mongolia
Ha pasado ya un año. Y los ecos pueden ser recogidos. Según todas las opiniones, hubo seis momentos clave de los que hacemos memoria:
1. Este ha sido el primer viaje de un Papa a la lejana Mongolia.
2. Es un viaje apostólico para visitar a los pocos cristianos de este país.
3. El Papa recordó a las autoridades civiles (según un manuscrito de 1246) la presencia misionera en el lejano país y deseó que este viaje pudiera ser un "signo de una antigua amistad que crece y se renueva".
4. El Papa destacó a las autoridades que Mongolia es y ha sido promotora de la paz y la libertad religiosa a lo largo de la historia.
5. Francisco destacó cómo los católicos también pueden contribuir al futuro de la nación.
6. Un viaje para el diálogo interreligioso: El 3 de septiembre, el Papa Francisco se reunió con 11 líderes religiosos diferentes, representantes de las numerosas confesiones de Mongolia, compartiendo con representantes de las comunidades chamán, ortodoxa, judía, bahaí, musulmana, hindú, evangélica, adventista y de los Testigos de Jehová.
Para concluir, resaltamos estas palabras del Papa en Mongolia: "Hermanos y hermanas, el significado social de nuestras tradiciones religiosas puede medirse por la medida en que somos capaces de vivir en armonía con otros peregrinos en esta tierra y podemos fomentar esa armonía en los lugares donde vivimos".
Leandro Sequeiros. Presidente de ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta)