ORACIONES para la EUCARISTÍA    

                             
 

 

                               cristianos siglo veintiuno
ÍndicePágina Principal

 

 

 

Oraciones para la eucaristía

 

de ADVIENTO ciclo B

 

ANÁFORA

 

TESTIMONIO

 

Es justo y necesario, es tu deseo, Señor, que seamos siempre felices,

que la acción de gracias esté continuamente en nuestros labios.

Nuestro gozo y nuestra alabanza surgen al descubrir a Jesús,

que trae la buena noticia de un nuevo reino de justicia y amor.

Ante esa esperanza, garantizada por su palabra

y por la vida de todos los hombres y mujeres de buena voluntad,

la comunidad se alegra y desborda de gozo

y con todos los bienaventurados cantamos un himno a tu gloria.

 

Santo, santo…

 

Gracias, Señor, porque has enviado a tantos testigos tuyos,

que han iluminado nuestra búsqueda.

Ellos no son la luz, pero nos han dado testimonio de tu luz.

Gracias en fin, Padre, porque nos has enviado a Jesús de Nazaret,

que es la luz verdadera.

En medio de nosotros está, pero muchos no lo conocen.

Nosotros mismos tenemos dificultad en reconocer su rostro en los demás.

Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron, ni a él ni a su mensaje,

y lo convirtieron en una nueva víctima de la violencia humana.

Hacemos memoria de tu hijo Jesús, de su vida y sus anhelos,

poniendo delante de ti su entrega total por todos nosotros.

  

El Señor Jesús, la noche en que iban a entregarlo, cogió un pan,

dio gracias, lo partió y dijo:

«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros;

haced lo mismo en memoria mía».

 

Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo:

«Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre;

cada vez que bebáis, haced lo mismo en memoria mía».

 

Te presentamos también la entrega de todos los que siguen sus pasos.

Entre todos podemos hacer que su luz inunde victoriosa sobre la tierra

y su mensaje de vida y libertad sea aceptado y acogido por todos.

Envía tu espíritu sobre todas las iglesias y comunidades cristianas,

para que sean reflejo de la luz mesiánica, nunca pantalla ni obstáculo.

Acuérdate de nuestros hermanos difuntos: acógelos en el regazo de tu paz. Y mientras aguardamos en espera paciente, envíanos tu espíritu,

para transformar nuestro corazón

y aceptar plenamente al Mesías humilde, hermano de todos.

Y así tú seas glorificado en él y por él, ahora y siempre.

AMÉN.

 

 

Casiano Floristán

Luís Maldonado

 

 

Oración colecta

 

Dios, padre de todos los hombres,
Tú haces brillar la luz en las tinieblas y cambias la tristeza en gozo.
Derrama en los corazones de los aquí reunidos

la luz de la fe y de la esperanza,
y llénanos de la alegría de recibir a Cristo Jesús.


Oración sobre las ofrendas

 

Padre nuestro, fuente de ternura y amor,
llénanos de tu Espíritu a los que nos reunimos en torno a tu mesa,
de modo que saboreemos profundamente
el amor de Cristo que está con nosotros.


Oración para después de la comunión

 

Dios, fuente de la vida,
guía a los que acabas de alimentar en la mesa de Jesús.
Haz que compartamos con todos la alegría de ti recibida
y sepamos anunciar al mundo la buena nueva de Jesús.

 

 
 

Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II las antiguas oraciones de la misa dominical, exceptuadas las festividades, quedaron totalmente desconectadas del tema de las nuevas lecturas. Por eso en Japón la Iglesia redactó otras oraciones a tono con el tiempo litúrgico y el mensaje bíblico de cada domingo. Ocasionalmente me tocó a mí traducirlas al castellano para uso en las  misas con emigrantes.

José Lerga.

 

http://www.telefonica.net/web2/vidaensintonia/tonosorientales.html