Isaías nos recuerda que Dios nos llama por nuestro nombre y nos toma de la mano para que abramos los ojos a los ciegos y demos la libertad a los oprimidos. Recordemos ahora a todos aquellos que esperan la Buena Noticia del Reino.

Padre Dios, que vivamos como bautizados.

Por toda la Iglesia extendida por todo el mundo, para que sea un espacio donde todos encuentren acogida, comprensión y ternura.

Padre Dios, que vivamos como bautizados.

Por todos los creyentes, que realmente el sentirnos elegidos, sostenidos y llamados por Dios nos lleve a ir contagiando la alegría y fortuna de ser creyentes.

Padre Dios, que vivamos como bautizados.

Por todos los hombres y mujeres que esperan y necesitan escuchar la Buena Noticia, que en sus vidas encuentren personas que puedan consolarles, sostenerles y curarles.

Padre Dios, que vivamos como bautizados.

Por todos los que durante este año serán bautizados, que encuentren en la Iglesia, un lugar donde crecer en la fe, en el servicio y la bondad.

Padre Dios, que vivamos como bautizados.

Por nuestros padres y abuelos, que todo lo que ellos nos enseñaron y dieron haga de nosotros hombres y mujeres constructores de paz, justicia y fraternidad.

Padre Dios, que vivamos como bautizados.

Padre Dios, en la fiesta del Bautismo de tu Hijo, queremos renovar nuestro bautismo y nuestro deseo de seguirle y anunciar tu Reino. Enséñanos, por medio de tu Hijo, a vivir según tu sueño de una humanidad justa y fraterna.

Vicky Irigaray