LA ORACIÓN     

                             
                              

 

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CUARESMA… CUARENTA DÍAS

PARA APRENDER A DANZAR

 

3

 

Jn 4,5-42

LA SAMARITANA

 

LA DANZA DEL ABANDONO

 

 

En la danza no cabe la rigidez, la danza nos habla de flexibilidad, de abandono, de VACIAMIENTO total, de sabernos y sentirnos SOSTENIDAS por el abrazo del  “DANZANTE”.

 

Para danzar desde el abandono y la flexibilidad es importante “desprenderse” de todo aquello que paraliza nuestro ritmo.

 

Así que, en este aprendizaje que vamos recorriendo, hoy  nos toca: APRENDER A ABANDONARNOS… VACIARNOS…

 

Detenemos nuestra atención en ese cántaro que va y viene al pozo, pero que no es capaz de saciar nuestra sed… movimiento convertido en rutina que no transforma.

 

Todos los días lo mismo: coger el cántaro vacío, ir al “pozo” y volver… No hay más anhelos ni más deseos.

 

La rutina nos impide descubrir la NOVEDAD del AGUA que salta hasta la vida eterna y, que nos regala ese NOMBRE nuevo con el que Dios nos sorprende cada día y, con el que nos invita a dejar “nuestro cántaro” vacío junto al pozo…Dejar el cántaro y aventurarnos a vivir desde el abandono, despojadas de todo aquello que nos impide Saborear el Agua Viva.

 

Para Danzar es imprescindible DESPOJARSE de todo lo que nos impide “movernos “al compás del Espíritu y, descubrir su Presencia amorosa en cualquier “medio día” de nuestra vida. Necesitamos despojarnos de todo lo que nos impide vivir en plenitud:

 

Despojarnos de ideas aprendidas que paralizan nuestra “danza” porque andamos divagando si es en este  monte o en el otro donde hay que adorar a Dios, si es este el “lugar sagrado” o es otro… Y en las cavilaciones mentales se nos escapa la oportunidad de vivir la vida y lo cotidiano, como el ESPACIO SAGRADO por donde Dios se nos manifiesta.

 

Despojarnos de esas ideas que nos hacen vivir desde la superioridad y nos van conduciendo por el camino de la intolerancia, dentro y fuera de nuestros espacios comunitarios… “¿Vas a ser tú más que nuestro padre Jacob?”

 

Despojarnos de esa agua que no sacia nuestra sed profunda – sólo apacigua nuestro ego- y abandonarnos a la corriente desbordada, Fuente de vida en plenitud: “Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboca la corriente, tendrán vida… Y habrá vida dondequiera que llegue la corriente”. Esta es el Agua que sacia nuestra SED

 

Sólo cuando nos despojamos de todo lo que nos impide vivirnos en plenitud, es cuando podemos abrazarnos al

Danzante y permitir que ese Abrazo vaya marcando el ritmo de nuestra vida con movimientos de abandono y despojo… no para “hacer” la voluntad del Padre, sino para SER su voluntad en el AQUÍ y AHORA…

 

Dios no “necesita” que vayamos día tras día a buscar el agua, no “necesita” de nuestros agobios y tareas, de nuestras acciones para “hacer “su voluntad… Dios quiere que SEAMOS su VOLUNTAD…que dejemos a Dios SER a través de nuestra “forma”… así saciaremos nuestra SED profunda, que sólo puede saciarse desde Él, que es el AGUA y la SED.

 

Y esto es abandonarse, vivirse desde la DOCILIDAD de fondo, de esa Docilidad que nos Habita y que llamamos: Dios, Presencia, Abbá, Agua, Sed… MISTERIO.

 

Danzar al ritmo de la Música del Padre, es dejar que las cosas sucedan y entregarnos a lo que acontece, desde una CONSCIENCIA y Atención plena que nos permita experimentar que: “No tener nada es tenerlo TODO” (Maestro Eckhart), que dejando el cántaro vacío junto al pozo, paradójicamente, no tendremos jamás más sed… porque sólo en Él encontramos: el pozo, el agua, el cántaro y la SED…

 

UNIDAD que no deja nada fuera, UNIDAD en la que TODO ES y en la que todos SOMOS.

 

Este es el lenguaje de Dios: perder para ganar, menguar para crecer, despojarnos para experimentarnos PLENOS en su PLENITUD.

 

Abandonarse… vaciarse… no aferrarse a nada para poder sorprendernos por el derroche del TODO.

 

Desde el Despojo, es desde donde nace nuestra capacidad de asombro y nuestra capacidad para VER y ACOGER la DESMESURA de Dios, que sobrepasa nuestras pequeñas expectativas:

 

El hijo pródigo sólo buscaba el perdón del Padre para poder comer… y se encontró con el Padre que corrió a su encuentro y se fundió en abrazo hecho Derroche y Fiesta.

 

Los jornaleros de la plaza buscaban el salario de última hora, y se encontraron con una “paga extra”.

 

Los discípulos de Emaús sólo querían desahogar su corazón afligido, y sintieron como su corazón abrasaba.

Danzar desde el ABANDONO… nos va introduciendo en la Danza de la DESMESURA: donde no tener nada… nos conduce a la experiencia del TODO.

 

¿Por qué si Dios es la DESMESURA nos empeñamos en seguir “bailando” la danza de la posesión, y nos cuesta desprendernos de tantos “cántaros” que no sacian nuestra sed, y nos hacen mujeres rígidas y sin movimiento ante la Música de la Banda Sonora del Reino?

 

“¿Con quién te compararé? ¿A quién te pareces?... Tocamos la flauta en la plaza y no bailaste ni te alegraste.”

 

Tomar conciencia de la Melodía del Reino, es atrevernos a escuchar la Música que nos habla de abandonar nuestro cántaro vacío y, consentir que su Manantial de Agua Viva nos colme hasta la DESMESURA… hasta el DERROCHE.

 

Ayer vi una película que se titula: BAB´AZIZ –un místico sufí-

 

La película no es muy comercial, supongo que no son muchos los que la han visto. Es una película lenta, serena… cargada de mensajes que transmiten paz y serenidad. Narra el viaje de un abuelo y su nieta para encontrarse con los “derviches”- famosos por sus “danzas” giratorias.

 

Empieza con una de estas danzas, donde el derviche, gira y gira en lo profundo de un pozo y siempre en el CENTRO: “Te susurraré al oído donde conduce la danza”…”No te conformes con una gota de agua…lánzate a la corriente”…

 

El protagonista está mirándose en un arroyo de agua y la nieta pregunta:

 

 ¿A quién ve en el agua? ¿A sí mismo?...

 

Y el abuelo contesta: “Sólo quien no está enamorado ve su propio reflejo”

 

El que no vive despojado de sí mismo, es incapaz de “percibir” el susurro de la “DANZA”, incapaz de lanzarse a la corriente, porque le basta “su gota de agua”… Y al mirarse, solo puede ver el reflejo de su propia imagen.

 

El DESPOJO, el ABANDONO… nos va conduciendo a esta DANZA que nos hace “girar y girar” siempre desde el Centro… Y desde ahí, HABITADAS y llevadas por el DANZARÍN, saborearemos el GOZO de sentirnos y sabernos ENAMORADAS…

 

Desde el CENTRO… AMOR, AMANTE Y AMADO SON UNA SOLA COSA… Y al “mirarnos” veremos la Belleza de Dios…UNIDAD de todo lo que ES. Derroche de AGUA VIVA.

 

Mil gracias derramando

pasó por estos sotos con presura;

y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de su hermosura.

 

Escuchamos el susurro de la Danza. Vívete desde el ABANDONO como “PASO” de la Danza de Dios.

 

 

 

Mª Carmen Ferrero hcsa

 

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